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Imagen: eldiario.es |
Algunos de nosotros estamos demasiado acostumbrados a ser tratados como números, aunque en ocasiones nos toca la fibra. Somos un número en la charcutería, somos un número en la Seguridad Social, en la cárcel, en el grupo de WhatsApp de una barbacoa cuando confirmas que vas, en el DNI, somos un número en los periódicos… y cómo no, en la empresa en la que trabajemos (si trabajamos). En algunas de esas divisiones nos ha jodido serlo, porque así somos los españoles. Latinos. Con carácter, coño. En los países nórdicos, paradójicamente, hacen cola por gusto hasta para sacar dinero en los cajeros, no como en Grecia. Lo que es más difícil de entender es cómo puede llegar a molestarnos -tanto- que otros sean un número, y por eso trataré de poner el foco en esa penumbra identitaria por la que de un tiempo a esta parte vagamos los #Eurozoners. Evidentemente, hablo de los refugiados.
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Ponte en sus zapatos. |
La primera razón por la que decidimos cabrearnos cuando vemos los números que se cotejan es que nos ponemos en los desgastados zapatos de los que han visto como sus casas eran bombardeadas y sus familiares muertos, in situ o in itinere. Por eso pensamos que es muy digno por su parte agradecer a los ciudadanos europeos el trato que unos pocos les dan con sus anónimos abrazos, ropas, comida o información útil, cuando la mayoría de los que se han encontrado por el camino les han intentado devolver a hostias al sitio del que venían.
La segunda razón es inconcebible de puro simple: ¿cómo es posible en el siglo XXI tener unos errores de cálculo tan grandes como los que está teniendo el parlamento europeo?¿acaso no es capaz de utilizar los mismos datos que los periodistas usan de asociaciones cuyo control de la situación está al detalle por el simple hecho de hacerlo al pie de playas o estaciones? Es incomprensible que el Parlamento Europeo estime que en DOS años van a llegar 160.000 refugiados cuando en lo que vamos de 2015 han llegado ya 370.000 (!!!). O poniendo otro ejemplo muy visual: en 2 días han llegado a la estación central de Munich 17.000, un número superior al que se ha asignado a España para 2 años (!!!). La preocupación de Juncker y sus colegas sobre la llegada del invierno, el que los refugiados duerman al raso (o casi) en países con temperaturas bajo cero y la decisión de ampliar presupuestos no dejan de parecernos cosméticas cuando con los números en la mano se les des-moro-na el castillo. Sólo hace falta seguir a @pmarsupia en #Twitter para confirmar esa falta de criterio que demuestran los de traje y corbata. De él he cogido esos datos. Un lujazo.
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Imagen: voanoticias.com |
La tercera es tener que oír decir hoy a los desalmados dirigentes del PP que España nunca ha puesto pegas a la acogida de refugiados cuando el propio presidente Rajoy ha dicho que “no se puede ser solidario a cambio de nada” o Margallo afirmó que “la cuota de refugiados que reciba España la fijará Hacienda”. Señores del PP, por una vez en la vida, no sean tan clasistas. Pónganse el puto gorro de piscina y dense ustedes un baño de realidad saltando desde sus pedestales de superioridad cual bomba caída en Siria. Sinceramente, creo que sus señorías están algo aturdidas por los golpes que los medios de comunicación les están atizando con tanto escándalo de corrupción descubierto debajo del sobaco cada vez que levantan la mano para hablar, o quizás algo confusos con ese bucle que viaja en puente aéreo del “y tú, Mas” en Barcelona al “y tú más” de Madrid. No hay otra explicación para esa amoralidad y esa mezquindad de la que nos están habituando a oírles hablar. Bueno, sí que la hay, pero atenta directamente contra sus capacidades intelectuales y queda feo decirlo.
La cuarta, última y no menos importante, tiene nombres y apellidos: Petra Laszlo, de la que no hace falta decir nada, Janusz Korwin-Mikke, el eurodiputado polaco que calificó como “basura humana” a los refugiados, e Indira García (fichaje del PP y responsable de Internacional en TVE, la que pagamos entre todos), que ha tenido los cojones de darle la vuelta al acto de Petra diciendo que “conseguir la noticia le ha costado el puesto de trabajo”. La vileza de algo tan inaceptable me da mucha pena.
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Imágenes: elperiodico.com |
Confío en que entre los que no mandamos seamos capaces de gestionar estos nuevos tiempos porque, a la larga, será beneficioso para todos. Nos lo merecemos. #FaithInHumanityRestored.