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Channel: El Hombre de Anchiano
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Encuadrando estrellas.

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Una gran mayoría de la gente que me lee quería un cambio de registro. Empezamos 2.016 con ese propósito, sin dejar de lado que de vez en cuando hable de política. Quién sabe si habrá más sorpresas a lo largo del año.

En noviembre del año pasado hice una encuesta para ver hacia dónde querían mis lectores y seguidores en twitter que encaminase los pasos este blog, habida cuenta de que la política, y más aún la de España hoy en día, no nos lleva a ninguna parte (y, dicho sea de paso, no tiene mucha relación con los contenidos de @HdAnchiano). Mucho menos si lo único que podemos nosotros, además de votar, es opinar. Los resultados de aquella encuesta arrojaron una mayoría absoluta que ya la quisieran para sí los independentistas catalanes o los nacionalistas españoles. Casi el 85% de los que votaron pidieron un cambio de registro enfocado a la unión que suelo hacer de vez en cuando de “mitología-cuerpos celestes”, tal y como hice con la llegada de Rosetta a 67P/CG o el sobrevuelo de Plutón, entre otros. Pues bien, con eso he intentado marcar en el calendario una serie de eventos que me permitan de vez en cuando satisfacer (espero) a ese amplio porcentaje de Anchianibers que me lo pidieron en su día. El primer evento reseñable del año es la lluvia de estrellas Cuadrántidas. Este año tenemos de visita al cometa Catalina, pero indagué  y, ciertamente, no daba para mucho… así que, me decidí por la enjundia de ese otro fenómeno que sí que tiene lugar la primera semana de cada año.

Cada comienzo de año, las certezas sobre su origen vuelven a emborronarse en los objetivos de  los telescopios de los astrónomos que dicen que son los restos de un cometa y los que dicen que son pedazos de un asteroide, pero solventan esa pequeña duda mucho menos lírica con una gran frecuencia en su visita. La lluvia de las Cuadrántidas es, junto con las Gemínidas, la más espectacular del año. Tiene en su contra que en el mes de enero hace mucho frío en la mayoría de lugares del hemisferio norte donde son visibles, y es por eso que no son tan mediáticas. Digamos que pertenecen al conjunto de fenómenos celestes que sólo ves si eres algo más que aficionado a ello, sin tener que llegar a ser un profesional de la astronomía para coger los bártulos y echarte al monte.
Foto: NASA
El origen del nombre viene dado por la constelación (Quadrans Muralis) desde donde aparecen, y responde a algo completamente lógico. No hay que ser muy perspicaz para ver que los nombres de las lluvias de “estrellas fugaces” suelen derivar de la constelación en la que comienzan a ser  observables: las Leónidas de Leo, las Gemínidas de Géminis, etc… Es posible que no encuentres esa constelación por ningún sitio porque el problema de las Cuadrántidas es que “su” constelación forma parte del extenso grupo de ellas que dejaron de serlo cuando se conformó de manera oficial la división del firmamento en la reunión que tuvo lugar en 1.928, donde desaparecieron treinta de las que hasta el momento se reconocían.

Representación del cuadrante.

Su historia, en concreto, se remonta a finales del siglo XVIII, cuando el entonces aficionado Joseph Lalande llamó Quadrans Muralis a aquel conjunto de estrellas que llevaba tiempo observando, y le puso ese nombre en honor al cuadrante -aparato parecido al sextante que se usaba en la época en materia de observación celeste-. Lalande era abogado de profesión, pero también sentía curiosidad y escribía sobre astronomía. Poco a poco, su interés iba creciendo e incluso llegó a convertirse en un popular astronomo, así como una suerte de profesor/divulgador en su propia casa para alumnos interesados, entre ellos Delambre (contribuyente al establecimiento del sistema métrico decimal), Piazzi (descubridor de Ceres) o Méchain (compañero de fatigas de Messier -¿te suena?- en sus descubrimientos). La agrupación contenía algunas de las estrellas que hoy pertenecen a la constelación de Bootes. Pocos años después, se observó que la lluvia de meteoros parecía salir de ella con lo que no hizo falta mucho más para bautizarlas. 

Desde entonces, y a pesar de que como ya hemos comentado, la constelación de Lalande se perdió en un intento de la Unión Astronómica Internacional de no mezclar estrellas en diferentes constelaciones para que no llevar a equívocos, las estrellas que podéis haber visto (reconozco que yo no lo he hecho) este principio de mes siguen denominándose las Cuadrántidas.


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